martes, 17 de enero de 2012

La fabricación del vidrio en Egipto y Siria (I)

Las muestras más antiguas de vidrios y vidriados que se conocen se han encontrado en Egipto. Alrededor del años 9000 a.C., los egipcios ya conocían la técnica de los vidriados, como lo atestiguan algunas muestras encontradas, consistentes en figurillas de arena recubiertas por capas vítreas de color verde. El hecho de que las primeras manifestaciones de la artesanía del vidrio sean intensamente coloreadas en tonos azules y verdes por elevadas proporciones de óxidos metálicos, generalmente de cobre, ha hecho pensar que se trate simplemente de escorias metalúrgicas refundidas, y apoya la teoría de que la artesanía vidriera nació como una derivación de la metalurgia.

Se supone que los primeros en manipular el vidrio fueron los mesopotámicos, como confirman los objetos hallados en la región del Eúfrates, que datan de unos 2500 a.C., fecha en que existían diversas manufacturas vidrieras en el país y que es muy anterior a la fabricación del vidrio de manera regular en Egipto, datada alrededor de los años 1500 a.C., bajo la XVIII dinastía. A esta época corresponde la primera pieza de vidrio que se ha podido situar históricamente con certeza. Se trata de una perla de vidrio azul turquesa que imita un ojo destinado a una estatua, y lleva el sello del faraón Amenothep I (1557-1530 a.C.). Es muy significativo el hecho de que esta época coincida con la conquista de Siria por Tutmés III (1501-1447 a.C.), lo que constituye otro argumento a favor de que la artesanía vidriera egipcia fuera importada en Siria, siguiendo la constumbre de que el invasor retuviera en cautiverio a los artistas y artesanos más diestros del país vencido. Desde aquel momento los vidrieros egipcios mantuvieron su primacía indiscutible hasta mediados del último milenio a.C., en que el renacimiento de la vidriería siria les obligó a compartir su prestigio con los artesanos de este país.

La producción vidriera en Egipto alcanzó su máximo auge durante la segunda mitad del segundo milenio de nuestra era, bajo el imperio de la XVIII dinastía. La mayor parte de las piezas de esa época fueron fabricadas por la técnica del núcleo de arena y consistieron en vasijas cuyas variedades más peculiares fueron pequeñas ánforas ovoidales de cuello estrecho, con asas en su parte superior, pequeñas jarras, vasos panzudos de alto pie, y tarros en forma de columna. Una de las piezas más bellas y de más original diseño es el famoso ungüentario en forma de pez.

Recipiente con forma de pez, Museo Británico de Londres

Desde mediados del segundo milenio a.C., el vidrio egipcio se exportó a países vecinos, como Siria y Palestina, e irradió por el Mediterráneo oriental hasta Grecia, Micenas, Creta y Chipre. Hacia finales de dicho milenio se inició una importante disminución de la producción vidriera egipcia, debido a una decadencia de la técnica del núcleo de arena, reemplazada por el moldeado en caliente y la de tallado en frío. Al ser estas técnicas de ejecución más lenta, impidieron la fabricación en serie, y el número  de piezas salidas de las manufacturas vidrieras se redujo considerablemente.

Tres siglos más tarde se produce un resurgimiento de la artesanía vidriera en Asiria y Babilonia, cuyos conocimientos de las técnicas vidrieras eran muy avanzados, sobre todo en la construcción de hornos reverberos que permitían alcanzar mayores temperaturas y vidrios más homogéneos, como demuestran las tablillas de escritura cuneiforme halladas en el palacio de Asurbanipal (668 - 626 a.C.), uno de los últimos reyes asirios.

Todo el conocimiento acumulado por asirios y babilonios pasó de nuevo a las costas de Siria, llevado con toda probabilidad, al reintegrarse a sus tierras, por los judíos cautivos en Babilonia liberados por Ciro el Grande en 537 a.C., al año siguiente de la conquista de este pueblo por Persia.

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